Blog del proyecto "Molosos y Terriers", cuyo fin es la defensa, difusion y proteccion de las razas caninas mas condenadas por la sociedad.
Todo nuestro trabajo y esfuerzo se realiza de forma altruista de manos de amigos, amantes y profesionales caninos y especialmente de las razas que aquí tratamos.
Esperamos que disfrutéis tanto como nosotros de este proyecto y que, cada día, podamos seguir aprendiendo mucho más de nuestros leales amigos caninos y sus nobles razas.
Un cordial saludo a todos y gracias de antemano.


INFORMACION AMPLIADA SOBRE EL FILA BRASILEIRO

Club Español de los Molosos de Arena Diciembre 97 - 36 -
Todo lo que precisa saber sobre carácter, temperamento y sistema nervioso por el Dr. Paulo Santos Cruz. CAFIB. (Traducc: Jaime Pérez)

Nuestros lectores indagan
sobre el carácter, temperamento
y sistema nervioso
del Fila Brasileiro. Otros
preguntan las razones por
las cuales sus perros son
criticados, acusados de
tener nervios o temperamento
flojos, a pesar de haber
atacado 'enérgicamente'
durante una prueba.
El tema es apasionante y,
para nosotros, absolutamente
prioritario. Incluido
entre las razas de 'Guarda
y Utilidad', el Fila debe
'guardar' y ser 'útil'. Sin
esos predicados, vale tanto
como una nevera que no
enfríe o una radio que no
se escuche. O sea, es apenas
una carga onerosa,
como todo aquello que es
inútil.

Definiciones

Es difícil, aunque lo intentaremos, definir
el término "carácter". Es un complejo de
cualidades, de modos de ser, inherentes a la
raza; entre los cuales identificamos: índole,
capacidad afectiva, estabilidad, firmeza,
moralidad, psiquismo, etc.

"Temperamento" puede ser definido como
el modo en el que el individuo reacciona
ante un estímulo externo. Es otro conjunto
compuesto por coraje, intrepidez, y hasta
temeridad: agresividad, instinto de defensa,
de protección. Aunque accionado por
estímulos externos, su manifestación es
orientada también por la afección, por la
amistad, como causas determinantes del
deber, de la dedicación, del sacrificio.

"Sistema nervioso" es algo físico, independiente
de la voluntad; determina y regula la
emotividad.

Repito: estoy apenas intentando definir algo
subjetivo, ideal. Como todo en ese terreno,
es difícil, complejo, sofisticado.

Tal vez algunos ejemplos lo aclaren más: un
Chihuahua ataca a un Fila, que se aparta
dignamente sin siquiera gruñir. Tiene buen
carácter, no hace uso de su fuerza; muestra
buena índole. Un jaguar devora los cachorros
de una hembra de Fila. La hembra lo
persigue, durante docenas de kilómetros,
sin alimento, sin descanso, exhibiendo firmeza,
tenacidad, determinación. Este es su
carácter. Si fuese una floja se quedaría
gimiendo.

El perro adora al dueño, luego lo defiende.
Simulando una agresión al dueño, utilizando
un palo o simplemente gestos, reacciona
defendiendo a aquel a quien ama. Cuanta
mayor sea su estima, más enérgicamente lo
defiende. Esto es su temperamento.

Llevado a un lugar extraño -el recinto de
una exposición- amenazado por otros perros,
gente que corre, gente que grita, etc...
todo ello lo emociona, se siente en peligro
y ve a su dueño querido también amenazado,
principalmente si éste también está
nervioso, transmitiéndole ese estado. En
ese momento un estampido causa el efecto
de la última gota que colma el vaso. Es el
test de su sistema nervioso.

No hay fronteras nítidas entre los tres conceptos:
cada uno de ellos influye en el otro.
Un buen carácter determina mayor capacidad
de afección, temperamento más fuerte,
réplica más violenta, etc. Un sistema nervioso
hipersensible impide manifestaciones
de un temperamento razonable, conduciendo
hasta incluso a la cobardía.

Las señales indicadoras

En una exposición, el breve espacio de
tiempo en el que se examina a los perros no
permite la percepción completa de su mente
y de su psiquismo. Por ello la observación
comienza desde la entrada al ring. Los de
buen sistema nervioso muestran seguridad,
autoconfianza. Su mirada revela determinaci
ón, valentía, control, serenidad. La cola
confirma ese estado. Ante el avance de un
expositor o de un perro que se acerque de
más, demuestran buen temperamento. Ya
está defendiendo a su dueño y a sí mismo.

Una mirada aprensiva, orejas hacia atrás,
cola de porte bajo o incluso entre las piernas,
evitando volver la grupa hacia el perro
que viene detrás, denuncian miedo, sistema
nervioso flaco.

La relación con su presentador aporta indicaciones
muy valiosas. El perro de buenos
nervios y temperamento va delante del
presentador, el cual se esfuerza en conte-
nerlo. El miedoso sigue al presentador, va
tirando, precisa ser animado, estimulado
para que le siga.

Una vez están todos en el ring, el buen perro
desprecia al resto... siempre que se mantengan
a distancia. Intenta agredir a las personas
que se aproximen de más.

El juez sagaz se coloca en el centro del ring
y en voz alta y con gestos ostensibles, pide
a los expositores que hagan un círculo.
Objetivo: llamar la atención de los perros y,
también, comenzar a examinarlos.

Los de buen temperamento ya no desviarán
sus ojos del juez. Su mirada es firme,
serena, altiva, denuncia su voluntad de ir a
medir sus fuerzas con ese individuo que,
para él, ya se destacó de todos los demás, en
ese recinto donde él desconfía de todos. Es
lo que haría si estuviera suelto.

Los que engañan

Algunos engañan. Gruñen, ladran, pero
siempre... contra otros perros. Temiéndoles,
procuran amedrentarles amenazándoles.
Con ese procedimiento desean evitar
que se aproximen y le agredan. Son, aunque
sea una mala comparación, como aquellos
bravucones que, una vez separados en una
pelea, amenazan vociferando las clásicas
expresiones: "suéltame, déjame, lo mato,
etc."

En las peleas de perros Tosa, en Japón,
aquel que gruña antes de empezar la pelea
pierde puntos, pues demostró temer al adversario
y por eso procuró amedrentarlo
para impedir su aproximación.

Ese procedimiento es más común en las
hembras.

Si el juez demorara demasiado sus juicios,
los buenos se sientan, tranquilamente, y
hasta dormitan, tal es su autoconfianza. Su
actitud significa: "déjame descansar un poco.
Si viene alguien... ya le atacaré".

El umbral liminal

El sistema nervioso es evaluado con un
barullo súbito e inusitado. Generalmente se
utiliza una pistola de fogueo. Mediante una
observación inicial el juez ya sabe, más o
menos, cuales sentirán una emoción tan
grande que los sitúe al borde del descontrol.

Para facilitar la comprensión, imagine que
el sistema nervioso es algo vertical, como
un bastón. Imaginen que la emoción hace
vibrar a ese bastón, desde abajo hacia arriba.
Imagine que la vibración no puede
sobrepasar un determinado punto, so pena
de pánico o descontrol total. A ese punto se
le denomina en medicina "umbral liminal".

Aquellos perros que se descontrolen y sientan
pánico por un simple estallido de una
pistola de fogueo, tiene su umbral bajo.
Evidentemente son ejemplares inútiles tanto
como perros de guarda como de utilidad.
Algunos llegan a orinarse.

Siendo el umbral algo físico, se trata evidentemente
de una deficiencia ciertamente
transmisible. Por tanto no se deben usar en
la reproducción perros de umbral bajo,
salvo casos muy excepcionales en los que se
desee obtener alguna característica por él
poseída, difícil de encontrar en otros. Aunque,
incluso así, se debe actuar con orientaci
ón técnica y gran cautela.

El temperamento es evaluado mediante el
ataque con vara o cualquier otro objeto. El
objetivo es hacer creer al perro que deseamos
agredir a su dueño y a él mismo.

Un perro de buen temperamento reacciona
inmediatamente. En definitiva la defensa de
su dueño es su deber.

Los de buen temperamento avanzan hasta
donde la correa les permite, saltando en
diagonal para alcanzar al "agresor". Llegan
a quedarse sobre las patas traseras, virtualmente
de pie.

Los menos buenos avanzan, manteniendo
sin embargo las cuatro patas en el suelo. No
saltan en diagonal. Morderían al "agresor"
de las rodillas para abajo si llegaran a
alcanzarlo. Pero expondrían el cráneo, nuca
y columna ante el supuesto agresor.

Los inferiores permanecen al lado del due-
ño, pateando y ladrando... pero no avanzan.

La reacción de los adiestrados

Finalmente tenemos a los adiestrados. El
propio dueño les denuncia dándole las órdenes,
mandándoles atacar e incentivándoles.
Algunos dueños llegan a fingir correr en
dirección al "agresor", para ver si el perro,
animado por el ejemplo, finalmente arremete.

Los perros también denuncian su adiestramiento:
avanzan hasta el final de la correa,
ladrando, y después vuelven hacia el dueño,
moviendo la cola felices, en busca del
premio acostumbrado. En ese momento el
dueño les da nuevamente la orden y ellos
corren otra vez hasta el final de la correa,
para volver buscando el nuevo premio.

Algunos llegan a dar la espalda al "agresor"
pidiendo su premio al dueño. Imagínense si
la agresión fuera verdadera!

Cuando un Fila tiene buen temperamento,
su dueño no precisa adiestrarlo. El primero
a ser mordido sería el adiestrador. El dueño
solo asume la iniciativa de darle algunas
clases después de notar que tiene un temperamento
flojo. Entonces paga a alguien para
que enseñe a su perro a mostrarse bravo
fingidamente. Realmente l perro aprende a
fingir, pero jamás será verdaderamente
valiente, él jamás será, pues no está en su
índole, en su temperamento, un perro que
reaccione con violencia.

El perro adiestrado procura morder el palo
y no al "agresor". Test definitivo: entregarle
el palo; lo morderá o procurará romperlo.

Algunos llegan a llevárselo al dueño, felices,
realizados... Todos olvidan al "agresor".

Los de bien temperamento ni siquiera miran
la vara aunque se la tiraran a los pies,
Nagá da Boa Sorte. Ejemplar calificado en temperamento por el
CAFIB como "Muy Bueno"
prosiguen en su tentativa de alcanzar al
"agresor". E incluso después de los juicios,
ya fuera del ring, amarrado a un árbol a la
espera del final de la exposición, el buen
perro todavía sigue mirando al juez, o sea al
"agresor", con la esperanza de tener la más
mínima oportunidad de probar sus carnes.

El problema genético

Como todo factor adquirido, el adiestramiento
no es transmisible. El perro es
adiestrado pero sus genes, sus células germinativas,
sus ovarios, esos jamás serán
adiestrados. El perro finge ser bravo, pero
sus hijos nacerán con los nervios tan flacos
como los de su padre o madre.

Unica solución: corregir esa falta en la
generación siguiente, mediante cruces planeados,
siempre que aquel ejemplar sea
portador de otras muchas cualidades, de
manera que convenga hacerlo reproducir.
Sin embargo, i lo que él debiera aportar
puede ser obtenido de otra fuente, lo mejor
es dejarlo vivir feliz hasta sus últimos días.
Un ejemplo: suponga una hembra de excelente
estructura, óptimo carácter, magnífico
temperamento, pero de nervios flacos.
Cruzándola con un macho de nervios irreprochables,
con la intención de obtener la
estructura materna y los nervios paternos,
el hecho es perfectamente justificable.

Puse como ejemplo a una hembra pues es
más común que se de el umbral bajo en ese
sexo. Sin embargo, si desciende de perros
de buenos nervios, casi con seguridad no
perjudicará la participación de un cónyuge
de buenos nervios, al contrario, sus genes
colaborarán con los del macho. Su caso
puede ser apenas hormonal. Un macho con
nervios flacos presentará un defecto muy
grave, pues no podrá suavizarlo tras una
sensibilidad femenina.

El test del ojo

Al evaluar el temperamento, debe procurarse
una posición tal que permita al sol
incidir sobre los ojos del perro. Los de
temperamento fuerte están de tal modo
enrabietados contra quien osó amenazar a
su dueño que su sistema nervioso vagosimp
ático deja de enviar órdenes que provocan
acciones involuntarias. Una de ellas es
el diafragma de la pupila, que debe abrirlo
o cerrarlo conforme a la cantidad de luz.
Incidiendo el sol sobre los ojos del perro,
sus pupilas deberían cerrarse, sin embargo
el sistema vago-simpático no las cierra, se
olvida de ellas, dejándolas abrirse en su
totalidad. Puede observarse entonces la
pupila intensamente dilatada, permitiendo
la entrada del sol hasta el fondo del ojo,
donde la pigmentación se realiza por el gen
cromático, utilizando elementos proporcionados
principalmente por la médula espinal
(nervio troncal). Si el nervio troncal falló,
no proporcionando elementos pigmentadores,
entonces todo el sistema nervioso, o
sea, los nervios secundarios, también serán
perjudicados.

Cuando la pigmentación es buena se puede
concluir que la médula funcionó bien; luego
todos los ramales nerviosos también funcionan
bien. Pigmentado, el fondo del ojo
refleja la luz solar en reflejos azules o
verdes. El juez puede constatar fácilmente
esa coloración de los reflejos provenientes
del fondo del ojo. Si es una persona cabal,
el juez no se aproximará más al perro,
puesto que si lo alcanza le morderá de veras.

Sin embargo, si la pupila se cierra, significa
que el perro no siente nada cuando es
atacado su dueño o por lo menos amenazado.
Tiene por tanto un carácter y temperamento
pésimos.

En algunos casos la pupila se dilata, o sea,
el nervio vago-simpático se descontrola,
aunque más por pánico. No habiendo pigmentaci
ón en el fondo del ojo, los reflejos
provocados por la luz solar serán anaranjados
o amarillos, al verse influenciados por
el color de las venas capilares del fondo del
ojo, o sea de la sangre que por ellas circula.
No hay pigmentación, el nervio troncal no
funcionó, todos los ramales nerviosos son
perjudicados. De esta manera el juez puede
estar seguro que el perro tiene miedo, lo que
será confirmado por su comportamiento. Si
el juez avanza, reculará hasta esconderse
detrás del dueño.

Como puede constatar el lector, muchas
veces justamente el ataque de un perro es el
que denuncia su flaqueza de temperamento.
Por eso, aunque atacando, lo hace de tal
manera que el juez acaba calificándole como
de temperamento flaco.

Repito, haciendo un llamamiento a los criadores:
no usen machos de nervios flojos. Es
un defecto transmisible. Usen sólo las hembras,
en casos muy especiales, y siempre
asistidos por un experto. No aumenten el
número de miedosos.

No lleven a adiestrar sus perros en ataque.
Si no heredaron un temperamento corajoso,
destemido, de guarda, no se engañen a sí
mismos, enseñándoles a ellos a engañar.
Frente a una necesidad real, su perro adiestrado,
en vez de defenderlo, puede que se
esconda detrás suya, pidiendo su protecci
ón, o huir al fondo de la parcela, dejándole
a usted sólo frente al malhechor. Críen
verdaderos amigos y guardas, y ayúdennos
a realzar al Fila Brasileiro.
*****
Extraido de: http://www.dip-alicante.es/cema/cema.html

1 comentario:

  1. hola dahlia gracias por tu informascion ....esta muy bueno . soy de peru ... y tengo un fila macho ... atte. marcos

    ResponderEliminar

NUESTROS SEGUIDORES: